“Volviendo sobre los gestos no significan para repetir. Cuando lo que importa es el aprendizaje, no se repitan: más bien, profundiza la comprensión a través de los pasos subsiguientes. Sin esta repetición del gesto, este ripercorrerlo, no aprenden. También está claro que para aprender se necesita una vigilancia, apertura, sensibilidad. El recurso reiterado a las costumbres, La traza no.”

Renata Angelini y Moiz Palaci [*]

 

Entre las secuencias que nos gusta proponer nos encontramos con que la llamada “El pequeño saludo al sol”.
Creemos que puede ser particularmente adecuado también en este momento de “movilidad reducida” porque es una secuencia simple donde se coordinan el movimiento y la respiración, adecuado para cualquier persona, ya que no requiere grandes movimientos articulares o esfuerzos especiales: Se lleva a cabo en dos pies y, si es posible, podemos agregar algunas variantes en la estocada que, sin embargo, son insignificantes si este movimiento no es ágil y / o no llevaría a una postura cómoda. Por esta razón, lo sugerimos dentro de la bolsa pequeña para la práctica que llamamos “Una guía a las posiciones para el 40ena“.

La práctica de Saludo al sol Está muy extendido entre diferentes tradiciones y linajes y cada uno mantiene sus propias peculiaridades.; tuvimos la oportunidad de experimentar con esta secuencia con Walter Thirak Ruta durante los años formativos, alternativa tan igualmente significativo e interesante para el mayor “clásicos” saludos al sol, y nos encontramos con que se explica en detalle en el artículo editado por Moiz Palaci y Renata Angelini “caminos de yoga”, una de las publicaciones YANI (Asociación País Insengnati Yoga).

Es una secuencia básica 12 gestos, realizada con gran presencia y acompañado por la respiración: Walter sugiere realizar los gestos tan “teatral”, con la intención de poner énfasis en los gestos de “dirigirlos” mejor desde un punto de vista energético.
Angelini y Palaci indican la importancia de la respiración regular, capaz de disminuir esa forma de urgencia que a menudo nos conduce y nos acompaña a “huyendo” por ubicación, y la capacidad de “mantener una relación constante con la base de apoyo durante la concatenación de movimientos”.

 

 

Se presta para ser practicado acompañado de Sūrya Mantra, la cancion del 12 de los nombres del sol, de esta manera los gestos pueden adquirir un mayor valor ritual y simbólico, que se ejemplificará en gestos: Exhalo ofrezco, Inhalo tomo y traigo a mí y hasta, Exhalo y me zambullo…
De esta manera, no solo los gestos asumirán la teatralidad correcta del rito, pero permitirá que la secuencia se memorice más fácilmente, además de convertirse en una herramienta de juego con niños y niñas, a quien realmente le gusta esta práctica.

Generalmente es una práctica que da mucha paz., capaz de calentar el cuerpo por completo sin estresar demasiado las articulaciones.
También es posible practicarlo mientras se está sentado con algunas adaptaciones simples, lo que lo hace igualmente efectivo.

El detalle a cuidar, cualquiera que sea la versión practicada, es la percepción de una base estable de apoyo, de donde comenzamos con la inspiración y al cual volvemos con la exhalación, transformado por viajes.
Entonces sí, este gesto de postración y gratitud que nos volvemos al sol será nuestro verdadero “movimiento de revolución”.

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[*] Renata Angelini, Moiz Palaci, Una conciencia capaz de acoger el movimiento y no el movimiento., en Yoga Paths n.38, YANI, Milán, 2006

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