La posición sigue siendo la desconocida a la que te acercas sin preconceptos. Un poco’ como una habitación oscura en la que abres lentamente una ventana: la luz ilumina progresivamente el espacio. La sustancia siempre permanece en el despertar., sin el más mínimo cambio durante la toma, mantenimiento y regreso a asana.
Éric Baret, Lo yoga tantrico del Kaśmīr