El practicante de yoga también conoce el precio de un silencio que resulta de la posibilidad de alcanzar una autoconcentración que logre liberarse de las preocupaciones cotidianas y del ruido del mundo.. Aquellos que hacen yoga todos los días regresan gradualmente a sí mismos y descubren estar aquí y ahora en sí mismos., consigo mismo como la fuente de donde nacen las decisiones, yo gesti, las palabras y la forma de relacionarse, otros y el mundo. Desde entonces estos ya no nos sacan ni nos invaden por dentro, pero se aprovechan de nuestra cultura interior y también son modificados por ella.
Luce Irigaray, entrevista de Maria Piacente